Esta es la historia de... No estuve a la altura

Hola Ana... Te voy a contar lo que sucedió con mi mejor amigo...

Hará tres años, casi cuatro, conocí a mi mejor amigo. Yo soy muy tímida y para que la gente me conozca de verdad tiene que cavar y cavar muy adentro... Y él lo hizo, rompió las murallas que yo misma me creaba.

Al principio éramos solo amigos, pero poco a poco, compartiendo momentos y anécdotas, fuimos cayéndonos mejor, haciendo cosas el uno por el otro que ni el ni yo habíamos hecho por ningún amigo mas...  Pasó el tiempo, y el tenía sus problemas, yo los míos... Y a pesar de todo él siempre estaba ahí. Yo soy una chica muy acomplejada, y él me ayudó mucho, haciendo que en la playa estuviese a gusto conmigo misma, consiguiendo que me soltase más con los chicos, que me pusiera vestidos... Hizo que mi felicidad aumentase,  incluso me atrevo a decir que gracias a él conocí la felicidad.

Después de un tiempo, el sufrió una enfermedad, y yo no estuve a la altura , le fallé. Yo lo sé, no estuve donde tenía que estar, pero la situación me superaba bastante... Lloraba cada vez que pensaba en él y no me sentía bien... A raíz de decirle como me sentía y que no podía estar a su lado, se enfadó conmigo, cosa totalmente comprensible. Después de que esto pasase todos nuestros amigos en común se enfadaron conmigo y dejaron de hablarme (aunque realmente no me importa, lo que me importa es él)... sigue

Sé perfectamente, que le he fallado, le he pedido perdón por activa y pasiva, pero aún así no he conseguido el perdón Ana... Y eso es lo que más me duele en el alma... Yo nunca perderé la esperanza, de que esta amistad tan bonita vuelva a resurgir dentro de un tiempo, cuando él se sienta capacitado para perdonarme... Y que podamos ser capaces de cumplir todas las promesas que un día nos hicimos, y volver a compartir las conversaciones y momentos que con él compartía... Desde aquí, le quiero pedir perdón de nuevo, perdón por mi inmadurez de aquel entonces, perdón por haberle hecho tanto daño, perdón por no haberle dado tanto como el me dió y sobre todo, perdón, por haber roto la gran amistad que juntos habíamos construido...

Le quiero y si en dos años no he dejado de quererle, no le dejaré de querer nunca... Porque la gente en tú vida, viene y va, pero los que quedan, son los de verdad, tanto en cuerpo presente como en la mente.

Muchas gracias Ana, por dejarme compartir esto con todos ustedes...

Un saludo -->