Todo comenzó cuando yo
tenía 17 añitos. Fui a un centro comercial con unas amigas y un par de chicos
empezaron a seguirnos de broma, hasta que en una de las secciones del
supermercado uno de ellos se acercó a mí y se me presentó. El amigo al poco se
acercó y nos dijo que nos intercambiáramos los número de móviles, así lo hicimos y aquí comenzó el
principio de mi infierno...
Yo nunca había tenido
novio, era una chica muy ingenua e inocente, él me sacaba cuatro años, aunque
tampoco había tenido mucha experiencia con chicas. Quedamos unas 8 veces y
no daba ningún paso, tenía un aspecto un poco rarito, llegué a pensar que era
homosexual, no obstante, le solté alguna que otra indirecta y por fin se lanzó y me besó.
Recuerdo haber sentido un montón de cosquillas en el estómago, sensaciones
jamás sentidas…aquello fue lo que me cautivó. A partir de entonces nos
pasábamos horas y horas en el coche perdiendo la noción del tiempo y sólo
besándonos, aquello era “magia”, o eso pensaba aquella niña de 17 años… Al poco
tiempo comenzamos a salir en serio y comencé a conocer al verdadero Mario.
Físicamente no era santo
de mi devoción, de hecho estuve a punto de dejarlo, sin embargo, era muy
detallista, parecía buena persona, me cuidaba, me mimaba, era trabajador… ¿Qué
más se podía pedir?
Mi vida antes de
conocerlo habían sido mis amigas, mi familia y mis estudios... Pero eso fue antes de empezar a salir con él, ya que desde ese momento en este terreno
todo cambió. Se enfadaba si quedaba alguna tarde con ellas, aunque fuera a
pasear, a la playa,… Era la época en que mis amigas empezaron a salir de fiesta y me invitaban a ir con ellas, pero Mario me
amenazaba con dejarme si salía con ellas. Sus palabras eran “Una chica con
novio no puede salir de fiesta, como si fuera una solterona”. Sin embargo en
los cumpleaños me saltaba sus normas y salía con mis amigas, costándome
llantos, disgustos, que me apagara el móvil durante una semana, que quisiera dejarme
y me amenazara con ello…Pronto aquello comenzó a
pasar a castaño oscuro... sigue
Ya no solo eran las salidas, me comenzó a “prohibir” ponerme faldas. No le bastaba con tenerme en cautiverio para sí solo y alejarme de mis grandes amigas, sino que ya controlaba además mi forma de vestir. Desde siempre había amado las faldas, pues tuve que dejarlas, de hecho él me compraba ropa para “renovar mi armario”, todo pantalones, ropa clásica, nada sexy y mucho menos insinuante… ni siquiera tacones. Siempre se enfadaba y me acusaba de mirar a algún chico que estuviera pasando por nuestro lado en algún momento, aunque eso no fuera cierto y le jurara y perjurara de que no era así. Teníamos que vernos a diario, aunque yo estuviera enferma tenía que salir, con fiebre incluso o vomitando o aunque tuviera exámenes al día siguiente. Dejé de ir a la Escuela de Idiomas porque eso le “robaba” tiempo para él.
Comenzó mi época en la
universidad, y cada día me preguntaba las mismas preguntas: ¿Has mirado,
hablado o te has sentado con algún chico? Preguntas sin sentido, teniéndole que
jurar siempre que no, ya que con mi palabra no bastaba y aún así seguía sin creerme.
Todo llegó incluso al
aspecto sexual, cada vez que se excitaba teníamos que mantener relaciones, o
bien, bajarle de otras formas la erección, sino se enfadaba y me dejaba de
hablar. Así siempre, esto podía ocurrir todas las veces posibles en el día.
Así dejé pasar 4 años de
mi vida, toda la presión iba cada vez a más, causándome ansiedad, agobio, inseguridad,
miedos y sufriendo en silencio, ya que nunca se lo contaba a nadie. Me encerraba
en mí misma y todos veían a una chica sosa, callada, amargada, que no se
relacionaba con el mundo, que había dejado a sus amigas de lado y que ni
siquiera pasaba tiempo con su familia, porque eso también le molestaba.
Hasta que un día no podía
más, llevaba unos meses pensando en la idea de dejarlo, ya que antes no
concebía esa idea ni por asomo, solo me quejaba de mi eterna desgracia y me
aferraba a mi mala suerte, llorando a diario y él sin hacer nada, sabiendo que
era el culpable de todo, pero la idea de abandonarlo y vivir sin él no era
concebible para mi, sin embargo, cada vez me pesaba más el dolor de dejar pasar mi vida siendo infeliz y de pensar que así sería el resto de mi vida, así que me armé de valor
y lo dejé… no obstante, se puso a llorar como un niño pequeño, yo era fuerte,
la idea de dejarlo la tenía ya más que clara, pero para no dejarlo mal del todo
le tuve que decir “bueno, un tiempo… aunque lo tengo claro”. Así me despedí aquel día de él y a partir de
entonces fui feliz pero sobre todo Ana, FUI LIBRE.
He de decir que todo no
acabó ahí, ya que para quitarte a una persona posesiva, paranoica y celosa
compulsiva de encima hace falta más que un estropajo, así que a fuerza de pasar
de él, de sus mensajes, de sus llamadas,…
pude conseguirlo. Aunque llegué a tener miedo a salir a la calle ya que
muchas veces rondaba por mi casa, o me esperaba cerca a las horas que sabía que
regresaría… Eso fue horrible. Su obsesión era tan grande que incluso vino a hablar con mi padre cuando yo no
estaba para convencerlo de que la “mala” había sido yo. Como antes dije, nadie
sabía de mis sufrimientos, por tanto mi padre lo creía. Hasta que tuve que
hablar con él para limpiar mi nombre, porque ante los ojos de muchas personas
la mala había sido yo por dejarlo.
Gracias a Dios, ya hace más
de 2 años de todo esto, y aunque he tenido traumas y secuelas, las he ido
superando con el tiempo. Lo que no te mata, te hace más fuerte. Ahora vuelvo a
sonreir y a ser la chica que él trató de destruir.
Gracias por leer mi
historia.
Saludos.
Si quieres que tu historia sea la próxima en ser publicada en Las Confidencias de Ana, envíala a analcda@gmail.com.
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Si quieres que tu historia sea la próxima en ser publicada en Las Confidencias de Ana, envíala a analcda@gmail.com.
7 comentarios:
Lo siento muxo, xo sinceramnt pienso q tndrias q haber puesto los puntos sobre las ies en un principio y asi te hubieras ahorrado todo esto. Si una persona nse impone y saca su genio , hacen con una lo que quiere. Aunq te vuelco a decir q siento mxo lo q te ha pasado.
Al leer tu historia he revivido la mía propia, joven, con un chico bastante más mayor que yo, terriblemente celoso y mentiroso compulsivo con tal de retenerme.... por suerte, y he de decir que gracias a mi familia, no aguanté más de año y medio con él.... Aunque años después todavía "tiemblo" al verle por la calle....
Mucha suerte, disfruta de la vida, que es maravillosa, y que encuentres a alguien que de verdad te merezca.
Me alegro de que estes bien ahora, has sido muy valiente por aguantar tanto tiempo, pero tenias que haber cortado por lo sano mucho antes , porque nadie se merece ser infeliz en esta vida y mucho menos que te hiciera eso , ese zagal cogio posesion hacia a ti y no amor porque una persona que te quiere no te amenaza, animo guapa un besazo y k te vaya todo de maravilla.
Yo también he vivdo una historia así, pero aňadiendo q mi ex llego a levantarme la mano después de una pelea entre los dos, no me dejaba vestirme con falda, ni con escotes! Cuando lo deje tube q sufrir acosos por parte de el, me seguia a todos los lados y encima a donde iba el me montaba numeritos delante de todo el mundo!! Con esa historia me sentido muy identificada, me alegro q ya estes bien y que seas feliz! Yo también puedo decirlo, solo queda el amargo recuerdo de este pasado!!
Te entiendo a la perfección he pasado por una historia muy parecida, pronto se la enviaré a Ana, me alegro de que no recaigas como hice yo...
Me siento muy identificada contigo, a mí me paso exactamente lo mismo, añadiendo que a mí si que llegó a las manos y cada día iba a más.. Viví ese infierno durante tres años y es muy fácil decir que no teníamos que permitir eso y dejarlo, pero es muy difícil hacerlo, por estar enamorada, por pensar que no te va a querer nadie mas, por miedo, por inseguridad, porque esa clase de personas te tienen sometida a un maltrato sicológico inexplicable, que te quitan la autoestima y te hacen sentir nadie. Gracias a dios al día de hoy, tengo muy lejos a esa persona y siento que he vuelto a nacer.
Me alegro mucho que pudieras salir de esa situcion y torar para delante. Es sorprendente la cantidad de personas que sufren estos problemas, nunca me lo pude imaginar hasta que me sucedio asi. Estoy viviendo una historia ahora mismo parecida a todo lo que decis, muchas cosas coinciden pero no dudo que el podria dar la vida por mi que me quiere mas que nada. Con vosotras eran iguales? Tambien os daban ese amor incondicional y eterno?
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