Esta es la historia de ... La novia de un militar.

Hola Ana

Mi vida sentimental como todas las adolescentes era como una atracción de feria, unos días estaba muy contenta porque Leo me hablaba y otros días mi vida parecía un infierno ya que ni se había acordado de mi.

Todo cambió cuando me cambié de instituto y el primer día Leo estaba ahí, no se si fue el destino o no, pero al no conocer a nadie nos unimos más. Pasábamos todos los días juntos en clase, estudiando a la tarde y poco a poco su grupo de amigos se unió a mis amigas así que estaba con el todos los días. 

Mis sentimientos fueron creciendo y la química que había entre nosotros llegaba a unos límites inimaginables. Cuando por fin me armé de valor para decirle lo que sentía él me dijo que tenía que hablar conmigo.Quedamos el día de su cumpleaños, yo estaba muy ilusionada ya que 18 años no se cumplen todos los días, y quería aprovechar ese día tan especial para hablar con él. 

Leo vino guapísimo como siempre, pero su cara me decía que no iba a ser bueno lo que me tenía que decir. No me dejó ni hablar, me abrazó y me pidió perdón. Yo no sabía que decir, no entendía su actitud, y el siguió hablando.Había pasado el verano y el no iba a seguir estudiando conmigo, había decidido alistarse en el ejercito y marcharse a mas de 1000km de nuestra cuidad. No pude decir nada, empecé a llorar y  estuvimos abrazados toda la tarde.Lo único que pudo decir entre llantos era perdón y así estuvimos mas de cuatro horas.

Los 10 días que faltaban para que se marchaba no hicimos otra cosa que estar juntos, siempre abrazados y aunque parezca extraño, sin darnos un beso.Cuando Leo se fue nuestra despedida fue muy intensa, nos dijimos cosas que llevábamos mucho tiempo sin poder decir y solo nos dimos un beso, el beso más importante de mi vida.Y sin darme cuenta, ahí estaba yo, rodeada de mis amigos llorando viendo como se marchaba... sigue

En principio el viaje iba a ser por 2 años, pero si tenía días de permiso vendría a casa. Los primeros días se me hicieron eternos, apenas nos mandábamos mensajes por el móvil cuando el tenía tiempo libre.Dos meses después les pusieron una sala de ordenadores así que me pasaba todo el día esperando su llamada para conectarme y poder hablar con él. Llegó un punto en el que no salía de casa, siempre estaba pendiente del móvil para aprovechar cada minuto hablando con él.

A él le empezó a no gustarle que estuviera fuera y si salía siempre tenía que estar pendiente del móvil por si él me llamaba para volver a casa y conectarme a Internet. Cuando por fin lo destinaron a nuestra ciudad pudimos estar juntos. Al principio todo era muy bonito, pero yo empecé a notar que tenía ciertas restricciones y bastante control sobre mi cuando no estábamos juntos. Esos comportamientos machistas yo no les daba importancia ya que mi familia es también de militares y veía como mi padre y Leo eran iguales. Para mi la situación no era nueva, si no que también la había vivido en mi casa con mi madre.

Llegó un punto en el cual no podía decidir nada de lo que hacer, pero yo seguía enamorada y por mucho que intentara armarme de valor para poder decidir algo u opinar, su comportamiento iba siendo peor. Si yo decía algo que a Leo no le gustaba, lo solucionaba todo con la mano en alto, insultos y amenazas. Tengo que decir que nunca llegó a pegarme.

Me había alejado poco a poco de mi vida anterior así que no tenía a nadie a quien acudir, pero un día decidí hablar con mi hermano y me dijo que iríamos a hablar con él, que esa situación no era buena y que no iba a permitir que trataran así a su hermana pequeña. Leo y mi hermano eran amigos y compañeros en el cuartel. Tuvieron una discusión muy fuerte y casi se pegan, pero apareció su padre y calmó la cosa.

Dejarlo fue bastante duro, y aunque suene raro, dejar de quererlo mas. Era muy difícil olvidarlo ya que estuvo llamándome todos los días varias veces y durante casi un año. Yo no se lo conté a nadie, no quería preocuparles y tampoco perjudicarlo a él. Estuve bastante tiempo sola y encerrada en casa debido a una gran depresión, pero cuando por fín pude recuperar mi autoestima decidí recuperar todo lo que había ido perdiendo.

Llevaba mas de un año sin hablar con nadie que no fuera él, pero mis amigas estuvieron ahí y después de un fin de semana de chicas contándoles todo lo sucedido todo volvió a ser como antes de que Leo no formara parte de mi vida. Me ha costado mucho rehacer mi vida amorosa ya que he tenido mucho miedo y desconfianza. 

A día de hoy tengo 30 años y han pasado 13 desde que comenzó todo. No hay día que no me acuerde de él y aunque ya estoy casada, muy enamorada y tengo unas gemelas preciosas siempre pensaré en que habría pasado si él no se hubiera ido de militar y sus pensamientos fueran como el principio.

Con esto no quiero decir que toda la gente que pertenece al mundo de los militares tiene esos comportamientos. Yo se lo que viví y conozco a mucha gente que pertenece a ese gremio y son muy buenas personas. 

Muchas gracias por dejar contar mi historia. 

Un beso enorme.

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